Tres años harto #HistoriasdeMatrimonios - Instituto Coincidir
16297
post-template-default,single,single-post,postid-16297,single-format-standard,ajax_fade,page_not_loaded,,qode-title-hidden,qode-theme-ver-16.8,qode-theme-bridge,wpb-js-composer js-comp-ver-5.5.4,vc_responsive

Tres años harto #HistoriasdeMatrimonios

El otro día una buena amiga me pasó una canción “Tres años harto” de Astrud y me dijo, seguro que con esta letra  escribes algo sobre tus #Historiasdematrimonios y allá que me puse.

Según escuchaba la letra, me acordaba de algunos matrimonios con los que trabajo y  que cuando vienen, me relatan algo parecido:

  • ¿Qué ha pasado? Les pregunto.
  • Desde hace tiempo estamos mal, no hay complicidad, no nos hablamos o si lo hacemos es para reprochar, cada uno está a sus cosas y es  en espacios de la casa diferentes pues mejor. «Parece que vivo con un compañero de piso o peor aún, con un extraño». Me dicen.

Podríamos creer que dilatar los problemas en el tiempo nos ayuda a no entrar en lo que está pasando, parece que dejar que pase el tiempo hace que se diluya lo que ocurre y que por arte de magia las cosas se solucionen por sí mismas, o que alguien va a darnos una pócima mágica que haga que cuando nos despertemos, ese problema ya no sea como era el día, la semana o el mes anterior.

El no hablar las cosas no significa que no existan. Existe un estilo comunicativo, evitativo, que provoca el no afrontar situaciones conflictivas, huir de ellas, evitarlas, como manera de protegernos ante un posible daño que nos pueda ocasionar esa situación concreta. Esta es la actitud que dice la canción” voy a esperar un año más a ver si mejora”, sin tomar decisiones, sin afrontar los problemas que tenemos delante.

La vida está para vivirla, con intensidad. Si algo nos ha enseñado esta pandemia, es que vivimos en una época de incertidumbre, donde la vida se nos puede ir en un instante, por eso, no podemos dejar pasar un tiempo precioso y valioso que se nos ha dado, sin coger esa vida en nuestras manos y dar lo mejor de nosotros.

En una relación matrimonial, cuando las cosas no fluyen, hay que plantearse  qué está pasando, preguntarse uno mismo, con humildad, dónde estoy, qué puedo hacer para que las cosas cambien a mejor, no sólo culpabilizar al otro, que en mayor o menos medida tendrá responsabilidad en lo que está pasando.

Conocer y practicar las técnicas de comunicación asertiva, nos permitirán decir las cosas para que le lleguen al otro como necesito que le lleguen, sin interpretaciones erróneas y sin distorsiones comunicativas.

Esto que parece tan sencillo, no lo practican muchas parejas, quizás porque no lo saben, quizás porque no se atreven o porque “no están listas para tomar decisiones”, para asumir esa realidad que el tiempo les pone delante para vivir su historia de manera plena.

Por eso, desde aquí os invito no sólo a escuchar la canción, sino a preguntaros, ¿cómo está mi matrimonio? ¿ Hay algo que pueda mejorar en mi relación? ¿ Puedo pedir ayuda para superar esto que me ocurre?.

No dejemos que transcurra un año –ni un minuto– más, el momento es AHORA.