La mediación familiar: reflexiones de Lara Barbero García - Instituto Coincidir
1057
post-template-default,single,single-post,postid-1057,single-format-standard,ajax_fade,page_not_loaded,,qode-title-hidden,qode-theme-ver-16.8,qode-theme-bridge,wpb-js-composer js-comp-ver-5.5.4,vc_responsive

La mediación familiar: reflexiones de Lara Barbero García

La mediación como modo de reorientación de ciertos enfrentamientos surgidos en la esfera familiar, tiene un papel muy importante en nuestra sociedad actual.

Este método, más innovador en la resolución de conflictos, nos permite sobre todo poder vislumbrar los procesos, que terminarían siendo contenciosos, desde otra perspectiva que quizás es la más olvidada, y no se contempla en todos los casos que nos gustaría; pero que aun así debería predominar más que la disputa, fomentada en ciertas circunstancias.

Hasta este momento, no me había llegado a plantear la importancia de la ayuda a las personas en casos contenciosos; pues los juicios no son meros procesos, sino más bien una fuente de sentimientos. Ya que en los divorcios no solo se rompen estados civiles, si no vínculos familiares, que además no son aceptados o asumidos de la misma manera por las distintas partes, y que pueden provocar heridas irreparables si no se impulsa este apoyo; más necesitado para la parte demandada en la mayoría de los casos, que se encuentra en una situación que nunca habría sospechado, con una familia rota, un matrimonio frustrado, y ningún medio para alcanzar una solución, o una ayuda para proseguir con su vida en el caso de que sea imposible esta.

Además la mediación también puede evitar todas estas situaciones, traumáticas para muchos, si se tratan en un principio y desde la raíz del problema, por ello debe concienciarse a la gente de poder tener este mecanismo de resolución de conflictos como primera opción a considerar antes de provocar un daño mayor, que no es solo para las partes, si no para descendientes o familiares que convivan con ellos, y a los que también se les están transmitiendo unos valores que posteriormente seguirán; por lo que debemos tener especial cuidado con ello.

Pues, nuestra sociedad cada vez desvirtúa más el valor de la familia y la estabilidad que debería de tener; que es un elemento esencial de nuestro desarrollo personal y apoyo a lo largo de nuestra vida; y que por tanto debería ser un bien preciado a proteger por encima de todo.

En todo caso este mecanismo puede fomentar muchos aspectos, como la comunicación entre las partes, resolución de conflictos al intentar posicionar a las partes en otro punto de vista, mejorar la autoestima, superar problemas de adicciones, y no solo teniendo en cuenta a los cónyuges, pues es una ayuda a la familia en sentido amplio; y por ello, también podrá ayudar a los problemas que se originan en los hijos con la adolescencia, que puede dificultar la convivencia a todos, o encaminarles a encontrar su identidad, superar celos entre hermanos, negociar sobre normas y problemas de convivencia; que pueden hacer la vida más fácil a todos los miembros de la familia.

Por todo ello considero que la enseñanza de este método es fundamental, que debería estar más presente en máster, cursos y grados, en los cuales se encuentra ausente; como incluso en el de derecho, llamando de ello bastante la atención pues, que la propia carrera que va a tratar con estos casos no abogue por un método de resolución de conflictos más allá que el contencioso, muestra un claro desenfoque de los valores que deberían estar presentes en la sociedad y protegerse, por ser más importantes que unos honorarios al final del juicio.

En conclusión, tengo en cuenta que he tenido una gran oportunidad al poder conocer este campo, y haber podido contemplar este punto de vista; ya que así es como realmente se puede elegir, teniendo ambas posibilidades, qué es lo mejor para proteger los verdaderos derechos fundamentales del ser humano.

Lara Barbero García.