La dictadura del ‘like’ - Instituto Coincidir
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La dictadura del ‘like’

El mayor problema de las redes sociales para nuestros adolescentes es que la definición de lo que gusta o no es fruto de la democracia poco cualificada del conjunto de internautas. Que le hayan dado “like” no significa que esté bien. Pero internet sabe poco de moral.

Escena 1

Un grupo de adolescentes comparte bolsa de pipas en un banco del parque. Uno de ellos hace un comentario ofensivo e hiriente, pero gracioso, sobre un compañero de clase que no está con ellos. El grupo se ríe, pero uno de ellos lo frena: “tío, te has pasado”. Ahí acaba la conversación. ‘Tío’, nuestro joven protagonista ha aprendido una buena lección. No la volverá a repetir. No ha hecho falta una charla moral ni una enorme bronca. Un comentario de un amigo puede ser el mejor antídoto contra el mal.

Escena 2

Un adolescente sube a sus redes sociales una foto graciosa, pero ofensiva e hiriente, de un compañero de clase. La foto es un divertidísimo meme que se viraliza rápidamente. Los “likes” suben como la espuma y él se siente un “pro”, el más “popu”, por el éxito obtenido. A sus verdaderos amigos no les parece nada bien lo que ha hecho –ridiculizar así a un compañero en público– pero se callan el comentario. Tampoco quieren quedar como unos “pringaos” o unos “chivatos”. Así que el adolescente se acuesta orgulloso de sí mismo y el chico de la foto, destrozado.

Estas dos escenas comparten un mismo hecho, un comentario ofensivo e hiriente, aunque muy gracioso. Pero la percepción que el autor tiene de lo acontecido es radicalmente opuesta en la vida real, donde un verdadero amigo le ha hecho reflexionar a tiempo, y en el mundo virtual, donde sus “seguidores” o “followers”, que distan mucho de ser verdaderos amigos, han aplaudido una acción objetivamente mala pero graciosa y le han hecho crear al joven que era lo correcto. El mal causado le ha hecho sentir bien y no ha tenido elementos para discernir por qué está mal.

Este es el concepto que utilizo para explicar el problema de la dictadura del “like” y me parece, con mucho, el mayor peligro de internet en la mente de nuestros adolescentes y jóvenes. Los medios de comunicación centran tantas veces la atención en los delitos ciebernéticos que corremos el riesgo de perder de vista otros riesgos, en apariencia no tan graves, pero, a largo plazo, terriblemente lesivos.

Las acciones de los niños y adolescentes de hoy no son muy diferentes de las de anteriores generaciones. De las dos escenas propuestas, la primera se ha producido desde que el mundo es mundo. El cambio tiene lugar cuando, al añadir las redes sociales como canal, las acciones tienen repercusiones más extendidas en el tiempo y en el espacio.

Pero lo más grave es la nueva concepción del llamado “grupo de iguales”, los amigos, un elemento clave en la socialización. Los seguidores en redes sociales no se pueden equiparar con los amigos porque no lo son. Son simples conocidos que no necesariamente quieren su bien, a veces quieren deliberadamente su mal y, en el mejor de los casos, les importa poco lo que le ocurra a la persona a la que siguen. Por eso, calibrar las acciones en función de si han gustado o no en este grupo disperso de seguidores es un error que puede llevar a los usuarios de las redes a perder la perspectiva real que permite distinguir el bien del mal.

 

Dra. María Solano Altaba

Directora revista Hacer Familia

Profesora Universidad CEU San Pablo